(A mi madre)
A través de tus ojos puedo verte de niña.
Retrocedo tus pisadas y en tu rostro, ahora arrugado,
puedo sentir tus mejillas pálidas y frías.
A través de tus ojos contemplo el traqueteo de tus días.
Días marcados con tierra de esperanza y miedo.
Días en los que el campo y el trigo olían tus pies descalzos.
Atardeceres en la era. Semblantes cansados y viejos.
Jotas cantadas al aire y abuelas sentadas a la lumbre.
A través de tus ojos sostengo tus paisajes amarillos que, como pájaro que huye del incendio,
se empeña en elevar el vuelo a lugares perdidos y remotos.
Sabañones en tus manos y ventisqueros en el alma.
Escucho las voces de señores que escriben versos de amor con candiles y a escondidas.
Arrastro tus recuerdos a mi antojo para que no se duerman. Estrujo tus minutos de silencio esculpiendo palabras nunca dichas.
¿Qué queda de aquella niña con trenzas y rodillas sucias
que soñaba con paseos largos en brazos de bocas nuevas?
¡Cuéntame a qué huele la mies y las tardes de aquel invierno!
Mientras tus ojos me miren como sólo ellos saben,
continuaré mi viaje, compañera,
transformando mis escombros en candados abiertos
transportando los veranos de tu puerta a la mía en maletas desgastadas.
Mientras tus ojos me miren como sólo ellos saben,
regresaré a tu infancia de la que nunca saliste,
al lugar donde habitan mis musas
al país donde nacen mis recuerdos.
¿Te he dicho que tus miradas eternizan los recuerdos? Como siento en mi pecho el calor de la era trillando el verano y, en la mesa, el plato que a la postre hace presentes las vivencias que de tu cosecha traes. El retrato de aquél tiempo sonrosado y granado como la mies.
ResponderEliminarAlberto Villén.
Precioso. Realmente precioso. Me ha llegado de una manera especial. Tengo dos hijas de tu edad y puedo imaginar como se habrá sentido tu madre al leer tu poesía.
ResponderEliminar¿Es lo que recitaste el día del homenaje a Alberto?
Lo recuerdo vagamente pero no lo asociaba contigo, quizás porque no te conocía.
Sí, lo recité en el homenaje a Alberto, tengo además el vídeo.
EliminarMe alegro que te guste, y sí...mi madre... puedes imaginarte que no cabía de gozo! jeje