Comenzó este embrujado respiro,
cuando estuvo dispuesto el orden de las cosas
y el tiempo y el espacio jugaban al gato y al ratón.
Mientras nuestros cuerpos frágiles iban y venían
disfrazados de vitalidad.
Tiempo que colgaba del techo
haciendo compañía a confidencias y a preguntas atrevidas.
Tela de araña que escondía el deseo
y trepaba hacia un cielo azul.
El único que sabe, por cierto, donde nace el viento.
Acordes revolucionarios y olor a tabaco
se colaron por rendijas estrechas y repletas de luz.
Cuerdas rotas, voces amargas
y algún abrazo al sol.
Brindemos por todas las promesas que incumplimos,
(como ahora, que de nuevo te pienso y me atrevo a soñarte)
y por aquellas que haremos juntos.
Por las miradas escritas en el aire.
Silenciosas, impulsivas e impacientes por hacerse un hueco
entre la extrañeza y la distancia.
Estos versos que escribo sin soga y con memoria
dejan al desnudo lo intenso y lo breve del sonido de un respiro.
Te propongo regenerar los momentos con canciones
a poder ser en tableros "black and white" y con más de un guiño.
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