lunes, 27 de mayo de 2013

Todavía (no) es demasiado tarde

                             
Me dicen:
No moldees el barro reusado. Tíralo.
Regálate un corazón de vez en cuando y desvanécete entre siluetas de agua.
Ríete y encuentra tiempo.
Te echo un capote si me olvidas.
¡ Ya vendrán días en los que vivas sin burladeros y avances con cortinas de humo!

Me dicen:
Dí lo que piensas. No tengas miedo
¡Anda ya!
No esperes que te espere, ni que te quiera como me quieres.
¿Pasamos un tupido velo?

Mejor, le cedo mis consecuencias a la razón y abandero la intención.
Con premeditación te adoro
y con alevosía te (lo) siento.
Si tuviese el impulso suficiente, ahogaría este maniquí sin memoria
metiendo piedras pesadas en sus bolsillos.

Me sueno repetitiva y eso no es bueno.
¡ Re-invéntate!
Así que crearé palabras en desuso
para esta historia eterna y narraré otro cuento con más protagonistas.
 No serás tú quien desate mis nudos
ni quien libere mi mente.

En el final de este libro están nuestras diferencias
y en el principio me encuentro yo.
Otra vez.
Pero servirá de algo.
Todavía: (no) es demasiado tarde.








                       

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