domingo, 15 de febrero de 2015

PENSAMIENTO CIRCUNSTANCIAL



Hoy he hablado como tú.
Tus mismas pausas, tus muecas en la cara, 
tu idéntica respiración entrecortada 
que exhalas al bordear cuidadosamente las vocales al pronunciarlas.
Hoy he hablado como tú.
Con tu mismo aire desgarbado y ronco.
Inclinando ligeramente la pierna derecha 
con los grados exactos
como para saberme en tu cuerpo.
Arrítmico. Roto. Pequeño.
Así como tu eres cuando hablas.
Sin identidad y sin patria
pero con tu misma gracia.
Hoy he hablado como tú.
Vaciando las palabras de mi boca
como si me molestaran.
Así como tu haces cuando hablas.
Hoy he sido un poco como tú 
pero sin ser.
Y he pensado que si dos cuerpos se conmutan de este modo,
¿por qué entonces caminamos por mundos tan distintos?














jueves, 5 de febrero de 2015

Eso quiero


Sólo quiero un respiro, 
una leve brisa en la cara,
un tiempo nuevo
la forma y el espacio de la calma.
La libertad del pensamiento 
que viaja a caballo entre blancas paredes
y  verdes montes y pinares.
Los paréntesis sin acento,
las piernas sin el cuerpo,
lo preciso del fondo
el final de todos los cuentos.



Los Segundos


La tarde se echó la manta a la cabeza y quiso olvidar su mañana gris.
El día resquebrajó toda su luz en dos mitades.
Se desangraron las horas,
se perdieron los minutos,
y los segundos se embalsamaron.
¡ Benditos segundos!
¡Malditos segundos!
Capturan los instantes, embellecen la vida y amargan los tiempos.


La forma de los segundos es recta y fuerte.
Asesina y castiga firmemente.
Empuja lágrimas, golpea corazones y ahoga sueños.
Los segundos machacan almas y enfurecen a las fieras.

La forma de los segundos es hermosa y cálida.
Atrapa la felicidad y contrae músculos creando espasmos de placer.
Arranca carcajadas y escupe escalofríos en la piel.
Los segundos siempre serán los primeros en palpar cuerpos y mojar labios.


Este segundo tuyo y mío que compartimos 
y que ahora abandona plácidamente el presente,
se sumerge engulliendo estos versos que escribo 
para quedarse a dormir en cuartillas 
roídas por el tiempo. 

ENREDADO


En un pliegue de amarilla hojarasca y en la esperanza de los desesperados, estabas tú.
En el caminar del peregrino y en el cantar vivo de un jotero.
Estabas en el acuoso derrame de nuestras miradas y en las nieves que vendrán.
Trasmutando enseñanzas y te quieros sobre ventanas que se abren hacía el silencio.
Maniatado en el empedrado de las calles y en la forja de los balcones que un día se esculpieron por tu exquisita tinta.
Te vi sombre un manto de pinos sedientos y tristes y en rocas milenarias.
Por un caricia tu melena gris barrió la pena de mis mejillas y renaciste entre flores ávidas de luz.
Ahí estabas tú. 
Perpetuo obrador.
Enraizado sobre puertas rojizas.
Trazando los recuerdos. Besando versos.

En el chorro  azul marino de una fuente y en el aire que desplaza los sentidos.
Aquellos que solo brotan de tu tierra fértil y dura.
Corazones arrugados y emoción en movimiento.
Todo en una bocanada fresca de amistad y nostalgia.
Abracé de nuevo el nido de águilas desde donde descansas.
Acariciando notas para bandurria y laúd. 
No te puedo tocar poeta, pero te siento tanto...
Los recuerdos amontonados desmintieron que no te has ido Serrano mío.
Eres. Estás. Pervives. Permaneces.


                                                     DESDE EL NIDO DE LAS AGUILAS