miércoles, 25 de septiembre de 2013

FISURAS



Te conozco, te olvido, te quiero.
Aunque los roces nos hagan seres extraños y los quejidos menos humanos. Y gigantes.
Te quiero igual, te perdono igual.
A pesar de las vueltas y los desencuentros; los tonos, las hostias y los desencantos.
Te extraño, te odio y te mantengo ¿cerca? Palabra ambigua que nos da seguridad pero está muy lejos, lejos de tus paseos y tus dudas. ¡ Qué ironía!
Señales del más allá, cafés solitarios y a destiempo, tormentas de aire y hazañas del pasado.
¿Tiramos por la borda este dominó maldito?
Deja que caigan las fichas y devoren mi jugada, por cierto, bastante mala.
En otro instante significó. Dolió. Mucho.
Sueños pasajeros que ahora no duelen pero están. Otras vidas habitan en mi piel sin curtir.
Y soy tú, y soy ella, y todos los habitantes de este minúsculo e infinito mundo que nos domina y nos mueve mediante hilos de cobre.
Los años fueron escritos sólo y para nosotras. Ahora respiro y deshecho la melancolía.
Aquel pasado insensible y demoledor se perdió en noches de resaca y días raros.
Sólo cuentan las palabras, los deseos cumplidos, las miradas y tus manos.
No imagino mi mundo sin el tuyo. Ni lo quiero.
No me acuerdo que te olvidé un tiempo.
Hoy no se cumplió del todo el sueño, pero al menos, este turbio juego, ha pasado a ser un partida de dominó, en la que las fichas no se suicidaron.

                                                                            Atardece en Teruel. Agosto 2013

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